Hace mucho tiempo, ya
años, que tengo un deseo enorme en mi interior, algo que me mueve día a día. Es
por lo que me levanto, es por lo que respiro, es por lo que vivo.
Mi sueño es hacer
revolución, provocar cambios positivos, recordarle al mundo y sobre todo a los
jóvenes que en sus manos está cambiar las injusticias que son cometidas en este
mundo, pero por sobre todo, enseñarles que el mundo no cambiará si no lo hacen
primero ellos.
Antes de poder ser un
revolucionario para el mundo, creo firmemente en que primero debes convertirte
en un revolucionario en tu vida, es decir, si quieres luchar por lo que crees
que es correcto para ti y para lo demás, primero debes luchar por lo que en tu
vida crees que debe haber, por tus sueños, por lo que amas. Luego, cuando ya
sepas o por lo menos tengas una noción de qué es luchar por lo que, realmente,
más te costará en la vida, podrás ser un verdadero revolucionario.
Quien sólo lucha por las
injusticias en el mundo y se olvida de luchar por sus sueños personales, olvidó
luchar por la revolución más importante de su vida e incluso por la revolución
más importante del mundo.
A base de ese sueño me he
impuesto metas, cosas que lograr, objetivos por los cuales luchar.
Este año pretendo, no tan
solo salir de cuarto medio con un buen promedio, sino también dejar un legado
en mi liceo, devolverle, de alguna manera, todo lo que me ha dado. Instruir a
jóvenes en el liderazgo, hacerles creer en ellos y en sus pares, recordarles
que la conformidad mata y que los sueños pesan si no se luchan por ellos.
Pretendo, al terminar este
año escolar, rendir una excelente PSU, incluso en historia, sueño con un
puntaje nacional, para así demostrarles a todos quienes no creyeron en mí que
sí me la pude e incluso aquellos que me cerraron las puertas cuando más ayuda
necesitaba, aunque también, para no defraudar a todas esas personas que sí
creyeron en mí, que me brindaron ayuda y amor. Pero por sobre todo, porque sé
que soy capaz, porque lo quiero y si lo quiero lucharé con todo por obtenerlo.
Luego, entraré a la
universidad de Talca a estudiar derecho, seré una de las mejores de mi
promoción y resaltaré del resto como una gran líder. Seré presidenta de la
carrera y luego de la FEDEUT.
Al salir, la verdad, no sé
lo que haré, dependerá de dónde esté parada en ese instante y de cuáles sean
mis mejores opciones, pero sí sé que seguiré luchando por mi sueño, porque ahí
no llevaré ni la mitad del camino recorrido.