Por un maldito amor

“No sé por qué escribo tanto del desamor ¿Será porque morí por amor? Sí, un amor que nunca me correspondió.
Aún recuerdo cómo pasó, era una noche oscura, esas donde no aparece la luna. Me encontraba en mi dormitorio, escribiéndole una carta a mi amada, como lo hacía todas las noches, ya que era la única forma de desahogar aquel sufrido amor, porque aunque nunca fueron entregadas, cada palabra plasmada en ellas me hacían recordar cuál era la realidad, ya que a veces viaja a otro mundo donde ella me amaba, donde todo era felicidad.
Esa noche recuerdo que morí y morí por mi propia mano, morí por aquel maldito amor, morí asesinado por cada palabra que le dedicaba a la musa de mi amor.
Aún siento como cada palabra era clava en mi corazón, aún siento como aquellas frases de amor desgarraban mi carne, todas cargaban con una cuota diferente de dolor, unas eran desesperadas, otras sin color, unas venían aterradas, otras con rencor, algunas venían resignadas y otras sin temor. Cada una arremetía contra mi cuerpo y contra aquel amor.
No sé cómo sucedió, creo que el destino se enojó, él quería otra vida para mí, mas yo supe como doblarle la mano y por más que intento hacer de mí como él quería yo sabía el secreto para ser quien elegía, pero por desgracia elegí mal, elegí amarla aunque ella no me amará, elegí sufrir. Y por eso el destino se enojó y temió que yo contara su secreto, temió que otros jugaran como él, así que uso mi más anhelado tesoro para matarme, uso mis propias palabras para asesinarme. Uso mi propia elección para acabarme.
Hoy soy un alma en pena que vaga por el mundo, me quedó mi amor pendiente así que no me fui al otro mundo, sino que quedé estancado en medio de todo, creí que cuando muriera por fin descansaría, por fin dejaría de doler aquel maldito amor, pero por desgracia ese fue mi perdición, por él morí y por él estoy aquí, así que amigo, si lees esto no te empeñes en seguir un mal amor, si no te quiso déjale ir y busca un nuevo amor, y si descubriste el secreto del destino que descubrí yo, mejor no lo trates de ocupar a tu favor, quizás termines igual o peor que yo.”