jueves, 27 de enero de 2011

Dime ¿Qué es lo que duele?
Dime ¿Dónde estoy?
Dime ¿Qué paso con la niña que un día creyó en un amanecer?
Dime ¿Dónde me perdí? ¿Cuándo llegue a este desierto sin fin?
Dime ¿Qué irá a ser de mí?
Dime ¿Cuándo volveré a ser feliz?
Dime ¿Cuándo el amor volverá a venir por mí?
Dime ¿Qué mierda es lo que ahora me hace sufrir?

miércoles, 26 de enero de 2011

Quemaste tus alas de ángel...

¿Qué pasa? ¿Por qué estas ocultando tus alas otra vez? ¿Por qué si se supone que ahora serias libre? Te veía tan feliz. Irradiabas felicidad, alegría, eras una nueva persona, pero ahora lo único que estoy viendo en ti son amarguras, penas, malos ratos ¿Dónde está el ángel que sería libre? ¿Dónde está el ángel que yo liberé de sus peores ataduras? ¿Dónde?
Mi ángel ¿Por qué te estas volviendo a recluir? Ya no eres, sino que son por ti, cosa que no debe ser ¿Dónde está esté ángel que sería libre amando? Se supone que con este amor serias libre, no te volverías a recluir, menos de la forma en que lo estás haciendo
¿Por qué te dejas dominar? Tú no eras así ¿Dónde está la mujer de un carácter superior? ¿Dónde está la mujer que siempre seguiría sus ideales, sus sentimientos, sus anhelos?
Sí, quizás me digas “Es que la amo” Sí, está bien amar, pero no te vuelvas a recluir. Hasta tú me has dicho que has cambiado, pero sabes que en el fondo de tu corazón sigue esa mujer libre a la cual un día quise. Si es así, por favor no pierdas eso, vuelve a sacarlo de tu corazón y vuelve a ser, no vuelvas a permitir que sean por ti.

Y Camila, en vez de ser un ángel libre, se volvió a recluir, me ha comentado el viento que por querer a quien la daña a quemado sus alas… Y la soledad la está consumiendo, solo le va quedando aquella mala mujer…

martes, 25 de enero de 2011

-¿Qué pasa? ¿Por qué andas tan estúpida?- Me pregunta con tono de desagrado.
-“Lo que pasa es que siempre he querido hacer algo…”- Le respondo.
-¿Qué cosa?- Me pregunta ella.
-“¿Quieres que lo haga?”-
-Sí, si lo puedes hacer ahora mucho mejor, así cambias la carita que traes-
El rostro se me ilumino con una sonrisa e instantáneamente le grite.
-“¡Ándate a la mierda! No te quiero ver nunca más”- Mi sonrisa aumento aún más, me doy media vuelta y me voy.

lunes, 24 de enero de 2011

Decide

A veces no te entiendo, a veces no me entiendo, a veces no sé qué es lo que está pasando, miro a mi alrededor y todo me parece confuso, dices una cosa, luego otro dice otra, luego vuelves hablar, pero te contradices y siempre lo haces. Después cuando creo tener la respuesta de mis dudas, cuando creo que estoy entendiendo lo que esta pasando vuelven hablarme, vuelven a decirme cosas y otra vez aparece tu inseguridad, otra vez divagas en tus palabras, dudas en tus pensamientos, mientes creyendo que no estas mintiendo. Dices sí y luego no, dices vamos y luego dices quedémonos, de dices te quiero y después dices te odio ¿Cuándo dirás lo que realmente sientes? ¿Alguna vez estarás segura de lo que me dices? ¿Alguna vez te dejaras de mentir y le serás sincera a tu corazón?

viernes, 21 de enero de 2011

-¿Qué te pasa?-
-"Nada"-
-Mujer, dime ¿Qué te pasa?-
-"Da igual"-
-Encerio, dime ¿Qué te pasa? Me preocupas...-
-"¿Quién es? No lo sé ¿Quién soy? No lo sé. ¿Me encuentro perdida? Sí"-

.

-¿Qué le pasó? ¿Por qué ahora anda tan sola?- Pregunto una mujer vieja a su hija.
-Su pareja la dejó y ahora vaga sola por las calles. Creo que se está volviendo loca- Le respondió ella con tono de sarcasmo al final.
-Pobrecita ¿Crees que fue por su culpa que su ex le haya dejado?- Pregunta mientras mira a la solitaria mujer que vagaba por las calles.
-Por lo que sé ambas tuvieron la culpa, ella por aguantar todo y la otra por ser una mentirosa y traicionarla-Le responde.
-¿En que la traiciono?- Pregunta la mujer vieja.
-La ex de ella la engaño y ¡Ni te imaginas cuantas veces!- Responde esta con un tono alarmante.
-Pobre chiquilla, se nota en su rostro el dolor que lleva en su interior- Lo dice con una voz con algo de melancolía.
-Ella fue la tonta que le aguanto todo a la otra- Dice con tono de reproche.
-Es una niña, se enamoró y tú sabes que cuando una niña se enamora se ciega. Ella creía en un cuento de hadas-
-Sí, creía que su ex era un angelito. La verdad no sé qué tipo de angelito haría algo como lo que le hicieron a ella- Un tono de burla se escucha en sus palabras.
-Insisto, es una niña, espero pueda salir de esto. Por lo poco que la conozco sé que no es una mala persona y tú, como su amiga deberías saberlo. Jamás te ha dejado sola-
-Lo siento, yo ahora paso de ella-
-¿Por qué?-
-Porque es ella quien ha elegido sufrir, yo le dije que se alejara de esa mujer, pero jamás me hizo caso, ahora no me interesa, que haga lo que quiera, ella hizo su elección y se quedó sola-
-De cierto modo tienes razón, pero como ella nunca te ha dejado, tú no deberías hacerlo-
Mientras estas dos mujeres conversaban, la solitaria mujer de la cual hablaban escuchaba cada palabra que decían de ella…

miércoles, 19 de enero de 2011

Realmente no sé lo que es...

Hoy al despertar supe que llamaría, algo dentro de mí sabía que hoy sabría de ella.
-“¿Aló?”- Al contestar no me percate mucho de lo que me decían, creí que me estaba jugando una broma, así que no recuerdo lo primero que me dijo. Pero al escuchar que me contestaron, pregunte con quien hablaba.
-¿Con quién hablo yo?- Me responde.
-“Eliana y ¿Yo?”- Sí, le metí, lo siento, quería ver si podía mentirle, quería ver si ahora lo podía hacer. Y lo hice, no me costó tanto, no a como me costaba antes.
-Señorita Eliana le pido que por favor miré por la ventana- Mi corazón comenzó a latir a mil por hora al escuchar esas palabras, sabía que estaba afuera de mi casa. Camine hacia la puerta, miré por la ventana y no la vi, así que abrí la puerta, la busque con la mirada, hasta que la encontré, venía en una bicicleta. Al verla no supe que hacer, por un momento quede en blanco, recordé lo último que supe de ella y fue que no quería verme más y al verla afuera de mi casa me congele, me pregunte si haría lo que dije que haría si la veía, no saludarla. Pero me hablo y al escuchar lo que me dijo por inercia me moví e hice lo que quería hacer.
-La espero en la esquina señorita- Me dijo mientras se dirigía a aquel lugar para que mi madre no la viera.
Entre ala casa, busque las llaves y tome el chaleco del Dany. Abrí la puerta y me dirigí donde se encontraba.
Al estar frente de ella no sabía cómo reaccionar, se supone que no me hablaría más, que ya no nos veríamos, pero ahí estaba, sonriendo.
Lo primero que pensé al tenerla al frente fue “Mi hermana, está aquí”. Pero estando tan confundida lo único que salió de mi boca fue –“¿Qué haces aquí?”-
-Lo siento, pero es imposible no verte, no saber de ti. Lo siento sé que te daño con esto, pero es que no puedo no verte- Y volvió a sonreír.
Yo aún me encontraba nerviosa, con suerte articulaba las palabras, el corazón me latía con fuerza, mi mirada se perdía en cualquier rincón. Hasta que le pedí un cigarro, fue lo primero que pude decir con facilidad.
Nos fuimos a la placilla que está al lado de mi casa y nos sentamos a fumar mientras conversábamos.
No fue mucho lo que hablamos, me conto lo que ha hecho estos días y me pregunto a mí que estaba haciendo. Me golpeo y yo no me quede atrás, no aceptare maltratos (xD) menos de un animal.
Luego ella se tenía que ir, le dije que le tenía un regalo por su cumpleaños, que a todo esto es hoy. Entre a mi casa a buscarlo y luego se lo entregue, la abracé y le deseé un feliz cumpleaños.
-“¿Qué es esto ahora? ¿Me mandaste a la cresta otra vez?”- Le pregunte.
-¿Qué?- Me respondió ella.
-¿Te volveré a ver? ¿Volveré a saber de ti? ¿Qué onda?-
-Dejémoslo así, no me llames, que sea así de repente. Tenemos nuestros blogs para saber de nosotras, aunque yo ya no escribo, pero tú sí. Pero puedes mandarme e-mails-
-“Bueno”- Dije con los ojos llorosos.
La volvía abrazar y nos despedimos.
Sí, la extraño, no me gusta esto, que no pueda llamarla o mandarle un mensaje por Facebook. Me siento sola, eso es lo que pasa. A veces me arrepiento de todo lo que paso entre las dos, si no hubiera pasado todo aquello, aún la podría seguir viendo como si nada. Pero sé que gracias aquello ahora tengo una hermana o algo así, por lo menos así la tomo ahora, como mi hermana y puta que me hace falta…
Quiero dejar algo en claro antes de terminar este texto. Yo no rompí mi promesa, ella me busco, no yo. Yo solo cedí, cosa que me había propuesto no hacer, pero fue imposible. La necesito como sé que ella me necesita a mí.

martes, 18 de enero de 2011

Lo que más duele es saber que perdí una hermana. No hay otra cosa que duela, sino saber que ahora me encuentro más sola que nunca.

Sentada en el bósque me di cuenta de que ya no le amaba, de que solo le quería como una hermana. Ahora sola y abandonada, sin luna que me alumbre en la oscuridad, solo vago por las calles de esta ciudad, llorando por la gente que ya no está.

lunes, 17 de enero de 2011

Sicosis

“Despierta” me decía una voz, “¡Despierta! sal de este lugar, no dejes que la locura te gane ¡Despierta! ¡Por favor despierta! Si no lo haces la oscuridad te atrapara, el cielo se oscurecerá y no verás los fantasmas que te acecharan.
¡Por favor despierta! Sufrirás, odiaras y mataras si vas aquel lugar… Escúchame, esto al final te matará”.
No entendía porqué escuchaba eso, yo solo me encontraba caminado, aunque tampoco entendía muy bien a donde me dirigía.
Sentí que había llegado a mi destino, había una hermosa mujer parada y mirándome fijo, su mirada me congelo, me cohibí y baje la mía, no fui capaz de mirarla por segunda vez.
-Hola pequeña alma perdida ¿Qué andas haciendo tan sola por estas oscuras calles?-
-“¿Yo?”-
-¿Ves a alguien más por aquí?- Miro a mi alrededor buscando a alguien más y solo estaba yo.
-“Bueno, nada, caminando, buscando algo, aunque no sé qué”-
-Quizás ya encontraste lo que buscabas- La miré desconcertado.
-“¿Dónde?”-
-¡Yo!-
-“¿Tú?”- Lo dije con sarcasmo.
-Te he estado esperando hace bastante tiempo- Sonrió de una manera cautivadora, pero a la vez maquiavélica.
-“¿Por qué me has estado esperando? ¿Qué quieres de mí?”-
-Te quiero a ti- Su mirada fue directo a mis ojos y me congelo, sentí como si una corriente eléctrica corriera por mi cuerpo. Me cautivo.
Ella se acercó a mí, me tomo por la cintura y me acerco a ella. Yo estaba hipnotizado, no podía moverme, no podía razonar, solo mis instintos me hacían actuar. Sentí su cuerpo cerca del mío, sentía como su rostro se acercaba al mío. Los nervios me tenían temblando, mis piernas no tenían fuerzas, mis ojos se perdieron en los suyos.
Sus labios rozaron los míos. Me deje, deje que me besara y yo igual le respondí.
La bese por un largo rato y mientras lo hacia otra vez volvía a escuchar aquella voz “Te acecharon y te atraparon, en vez de despertar te entregaste en bandeja a la perdición, este beso te condena al dolor. Te advertí, no me escuchaste, ahora enfrenta las consecuencias”.
Al igual que la primera vez que escuche esta vos, no le hice caso, seguí en lo mío.
Después de esa noche mi vida cambió, comenzó a girar en torno aquella mujer y en torno a los accesos. Ya no pensaba en nada más que no fuera estar con ella y pasarla bien. Perdí a mis amigos, a mi familia y a todo ser que quería por darle todo mi tiempo a ella. Pero no me daba cuenta, estaba segado, solo la veía a ella, no existía nada más en este mundo para mí.
Ya habían pasado cuatro meses desde aquel día, iba a verla cuando volví a escuchar aquella voz que me hablo el día en que la conocí “Ahora comenzara el juego, ahora sufrirás y muy pronto odiaras y mataras…” Me asuste, pero después seguí como si nada.
-“Hola mi amor”-
-¡Hola!-
-“¿Cómo estas mi princesita?”-
-Bien, esperándote como siempre y ¿tú?- Me dijo con un tono de sarcasmo.
-“Ah… ¿Pasa algo?”- Le pregunte desconcertado.
-Sí, ven sígueme y no preguntes nada- Sin saber a dónde me llevaría le seguí, caminé detrás de ella por un largo rato, hasta que llegamos a un bosque. Otra vez escucho la voz “Aún tienes la oportunidad de arrepentirte, retrocede y escóndete, ¡pero hazlo ahora!”.
-“¿A dónde vamos mi amor?”-
-¡Te dije que no preguntaras!- me respondió con algo de furia en su voz.
-“Ya, es solo que quiero saber a dónde voy”- Se giró, sonrió y me acerco a ella.
-Mi amor, solo confía en mí…-
Estaba oscureciendo y nosotros aún caminábamos por el bosque, no sé a dónde me llevaba, pero cada vez comenzaba hacer más frío y un mal presentimiento sentía en mi interior. La noche estaba oscura, no había luna, cuando me di cuenta de ello me aterre, una noche sin luna para mí es uno de los días más oscuros que tengo cada mes…
Seguimos caminamos por horas, hasta que llegamos a una choza.
-Espera aquí- Yo solo la miré y me quedé ahí parado. Paso más de una hora y ella no salía, no quería entrar a verla, si ella me dijo que esperara así debía hacerlo.
De repente comencé a escuchar ruidos entre los árboles, me pare y comencé a mirar a ver si veía alguna cosa, pero nada. Un poco asustado me volví a sentar, pero algo, no sé qué, me tiro contra un árbol. Algo choqueado me pare, quise gritar pero no pude articular palabras. Solo veía sombras, nada más, se movían de un lado a otro, me acechaban, me di cuenta de ello.
Otra vez me golpean, pero esta vez me toman por la espalda y caigo de cara al suelo. “Te dije que hoy comenzarías a sufrir, te dije que hoy comenzarías a odiar y será hoy cuando tú tengas que matar…” otra vez volví a escuchar la voz.
Sentí que me tomaban y me tiraban contra el suelo, luego me toman desde el pecho y me tiran contra otro árbol. Casi inconsciente veo que ella se acerca, pero algo raro tiene en su rostro, no sé qué es, no logro verla bien.
-Hola mi amor- Me dice con una voz maquiavélica.
-“Amor… ¿Qué pasa?”- le pregunto desde el suelo.
-Tu muerte… Hoy morirás. Te advirtieron, te dijeron que te escondieras, que no fueras donde yo estaba, pero tú llegaste igual, ahora estas sufriendo las consecuencias. –
-“Creí que me amabas”- dije casi sin aliento.
-Tonto, caíste como un niño a mis redes, más fácil no pudo haber sido- Casi sin fuerzas me paré, con gran esfuerzo me acerque a ella y le pregunte –“¿Por qué yo?-
-Porque tú jamás pensabas en ti, porque tú jamás pusiste primero tu bien estar ante el de lo demás, porque jamás has odiado a quien te ha dañado, porque tu inocencia te condeno…-
-“Sola trataba de ser diferente, sabes que nunca me ha gustado odiar y que mi felicidad más grande es poder ayudar a alguien a ser feliz, sin importar lo que me pueda pasar…”-
-Por ello ahora sufrirás, nunca pensaste en ti y ahora te dolerá no haberlo hecho. No creas que la satisfacción de haber ayudado a alguien te salvara, no esta vez.-
El sudor caía por mi rostro, el dolor se agudizaba en cada parte de mi cuerpo, mi corazón comenzó a latir con más fuerza, se aceleró. “Corre…” Sin pensarlo dos veces comencé a correr, no sé con qué fuerzas lograba moverme, solo sé que lo único que quería era escapar de ese lugar.
Miraba al cielo, quería encontrar luz, buscaba la luna, pero recordé que esa noche no estaba en el cielo…
El miedo me empezó a ganar, el cansancio se apodero de mi cuerpo, tropecé. Medio inconsciente caí al suelo, me sentí perdido sin la luz que cada noche me guiaba.
Sentí como las sombras se acercaban a mí, sentí como me rodeaban y no me dejaban escapatoria.
-“¡No me dejes! ¡Aparece! ¡Alumbra mi oscuridad!”- Grite al cielo con todas mis fuerzas.
-¿A quién le gritas? ¿A la luna? ¿No recuerdas que me la prometiste? Ahora es mía, no te alumbrara, por algo la he hecho desaparecer, para que te pierdas en la oscuridad.- Aquellas palabras fueron como dagas que clavo en mi corazón.
-“No, ella no me puede abandonar ¡Ella es mía! ¡Es mí luna! ¡Siempre lo ha sido! ¡Yo se la entrega a la mujer que amaba! ¡Pero yo a ti no te amo! ¡Jamás te he amado! Yo ame a una dulce mujer, a una maravillosa mujer, que me amaba, me cuidaba y me quería tal cual era. A ella yo le regale la luna ¡pero ella jamás existió! ¡Así que esa luna es mía!”- Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, esa luna no podía ser de ella, esa luna era mía, siempre ha sido así. Fue esa luna quien me alumbraba cada noche de melancolía, fue esa luna quien secaba mis lágrimas cuando mis ojos desbordaban de dolor… No puede ya no ser mía… sin ella yo me pierdo.
-Lo siento, ya no te queda nada, todo te lo he quitado, hasta tu inocencia…estas vacío.-
Camino hacia mí y se arrodillo a mí lado, me levanto la vista y me dijo –Pero no te preocupes, ese vacío desaparecerá, tú mismo lo harás desaparecer- Se paró y dio unos pasos hacia atrás.
Comencé a moverme, pero no era por voluntad, algo hacia que me moviera. Ella me presto una daga, la tome y la dirigí a mi corazón. Aterrado la mire.
-“¿¡Qué me estás haciendo!?- Grite
-Mataras… Te mataras, harás desaparecer aquel vacío- Comenzó a reír.
No podía detener mi brazo, con fuerzas comenzó apretar mi pecho, sin darme cuenta lo vi dentro de mí.
-“¡No!”- Grite completamente asustado y casi sin fuerzas.
Le vi su cara de felicidad cuando el cuchillo estaba en mi interior, vi cómo se mofaba de mí…
Cerré mis ojos y escuche aquella voz, otra vez “Te lo advertí, te dije que despertaras, pero no lo hiciste y ahora estas muriendo por no escuchar ¿Por qué aún no me reconoces? ¿No recuerdas mi voz? Soy tu alma, la que te llevo por esos lugares tan hermosos cuando necesitaste ayuda, la que te enseño un río con aguas cristalinas y árboles hermosos. Sabía lo que venía para ti ¿Por qué no me escuchaste…? Ahora los dos hemos perdidos, por lo menos ahora voy a volar…”

(Fragmento del diario del día 5 de diciembre del 2010)

“Fue encontrado en su cama, con un cuchillo clavado en su corazón. Se dice que se mató por amor. Hace más de un mes su pareja le había dejado por otra persona y dicen que aquello lo enloqueció. La amaba con pasión, pero ella le engaño.”

domingo, 16 de enero de 2011

No veo nada, no hay luz, esta noche no hay luna. Corro, tengo miedo, tu fantasma me persigue, no me deja. Cada vez que me alcanza me tortura de la peor forma que puedas imaginar ¡No quiero detenerme! ¡Te temo!
Me alcanzaste... otra vez comienzo a morir.

viernes, 14 de enero de 2011

El día en que mi vida termino

Mírame, aún estoy aquí sin ti. No sé qué hacer con mi vida, me encuentro estancada en mis sentimientos, el tiempo avanza, todo cambia, excepto esto que siento, esto que cada día mata a mi corazón.
He buscado mil maneras de sacarte de mis pensamientos, pero no puedo, estas clavada como una espina en mi ser.

Que frío está el día y eso que recién estamos terminado Mayo. Me gustaría que mi niña estuviera aquí, creo que la llamaré, se supone que la vería en la tarde, pero la extraño demasiado. Quiero besarla.
-“¿Aló? ¡Mi niña! ¿¡Cómo estás!?”- Un pequeño silencio.
-Bien y ¿Tú?-
-“Bien, aburrida, extrañándote. Oye ¿Nos podemos juntar antes? Es que me haces falta…”-
-Bueno, como quieras, a las cuatro estoy en tu casa ¿Te parece?-
-“Ok, entonces a las cuatro en mi casa”-
-Bueno, nos vemos-
-“Te espero mi amor, nos vemos, te amo”- Corto.
No sé qué le pasa, estas últimas semanas ha estado rara, algo le pasa y no me quiere decir, me preocupa.
Tengo un mal presentimiento, hay un dolor en mi pecho, creo que algo malo pasará.

Ya son las cuatro, ella debe de estar por llegar. Eso me alegra, pero el dolor está en mi pecho y me agobia, no quiero estar mal cuando ella llegue. No le gusta verme mal, es más, hasta muchas veces llega a enojarse cuando nota que estoy triste o algo me pasa. Ahí viene.
-“Hola mi niña hermosa ¿Cómo estás?”-
-Hola, bien y ¿Tú?-
-“Ansiosa por estar esta tarde a tu lado-
-Que linda- Sonríe .
Tome su mano y la acerque a mí, la bese, pero aquel beso fue algo frío, algo que antes no había. Sin tomar en cuenta aquello que sentí nos fuimos a mi recamara, nos acostamos a ver una película. Con suerte vi hasta la mitad, tengo la mala costumbre de quedarme dormida en sus brazos. Cuando termino ella me despertó.
-Andrea, despierta. Te has quedado dormida-
-“Sí mi amor, si ya me levanto”- Sigo durmiendo.
-Andrea, necesito conversar contigo, por favor despierta- De inmediato me reincorpore, la mire a los ojos y le pregunte –“¿Qué es lo que necesitas hablar conmigo?”-
-Tú sabes que te quiero y que no quiero hacerte daño, pero ya no aguanto más, sé que esto te dañara pero…-
-“Pero ¿Qué? ¿Qué pasa?”-
-Andrea, lo siento… por favor discúlpame, pero esto ya no puede seguir…-
-“¿¡Por qué!? ¿¡Qué paso!? ¿¡Por qué esto se tiene que acabar!?”-
-Te engañe, tengo a otra persona y estoy enamorada de ella… lo siento- Sentí como mí cara se desfiguro por completo a causa del dolor.
-“¿Qué…?”- Fue la única palabra que pude pronunciar en ese instante. El pecho se me apretó, mi corazón latía más lento, sentía como si mil cuchillos traspasaran mi cuerpo, mi mirada se perdió en el vacío, mis ojos por inercia lloraban, trataban de sacar el dolor que estaba sintiendo en mi interior.
Ella estaba sentada a mi lado, miraba hacia abajo, no era capaz de mirarme a la cara. Tome aire y saque fuerzas para poder hablarle.
-“Alejandra, dime ¿Por qué me has dejado de amar? ¿Cuál fue mi error?”-
-No lo sé, jamás quise esto para nosotras, siempre me imaginaba un futuro a tu lado. Siempre fuiste perfecta, siempre me amaste, me mimaste, me dabas todo lo que yo quería, sin importar nada, solo querías verme feliz-Levanta su cabeza y trata de mirarme a los ojos, pero enseguida vuelve a bajar la mirada. Cuando me mira, me doy cuenta de que está llorando, primera vez que la veo llorar de esa manera.
-“Entonces ¿Qué pasó? ¿Por qué ya no me amas? Por favor dime que hice mal, qué fue lo que mato el amor que sentías por mí”-
-No lo sé, no me preguntes algo que no te puedo contestar. Solo sé que ya no estoy enamorada de ti, quiero a otra persona. Intente seguir con esto, pero no pude, lo siento, pero el amor que sentía por ti murió- Al oír esas palabras me entro la desesperación.
-“¡No me dejes! ¡Por favor no lo hagas! ¡Te amo! ¡Sin ti yo no vivo! Eres mi vida, mi todo, si te vas no quedará nada ¡Si me dejas no seré nada! ¡Tú eres la razón de mi existencia! yo quiero una vida junto a ti… por favor no me dejes ¡No sueltes mi mano!”-
-Lo siento Andrea, esto ya se terminó, no puedo hacer nada, yo no mando a mi corazón, si así fuera, créeme que aún te amaría, pero no puedo, por favor perdóname… jamás he querido dañarte…-
-“Muero…”- Dije casi sin voz.
-Andrea, la vida continua, tienes que saber seguir sin mí, eres fuerte, me lo has demostrado con todo lo que te ha tocado vivir, sabes que me puedes olvidar…-
-Alejandra, te amo. Te amo como nunca he amado en esta vida, por favor no me dejes, te juro que siento que me estoy muriendo ¿Qué hago yo sin ti? ¿Qué hago? Si tú eres todo para mí, si eres hasta el aire que respiro”-
-Tienes que dejarme ir, Andrea sabes que me olvidaras, esto en un tiempo más no será más que un recuerdo que ya no dolerá…- Se creó un silencio, sabía lo que quería decir, pero parte de mí no quería, parte de mí quería seguir rogando que se quedará a mi lado. Pero no.
-“Siempre te dije, que si algún día tu llegabas a querer a otra persona dejaría que te fueras con ella, siempre lo único que más he querido en esta vida es tu felicidad y si esa felicidad esta junto a otra persona, no puedo negártela, siempre tu felicidad será la mía. Aunque ahora duela, sé que con el tiempo poco a poco el dolor desaparecerá, sé que este corazón te olvidará. Pero ahora me cuesta tanto dejarte ir, no creí que sería tan duro, no creí que me costara tanto dejar que te vayas…”-
-Andrea, siempre serás una de las mujeres más importante en mi vida, siempre te querré, jamás te olvidaré. Pero ya no te quiero como te quise hace un tiempo, he encontrado el amor en otro corazón… y debo seguir a mi corazón, sabes como soy, jamás dejaré mi libertad…-
-“Lo sé, sé muy bien cómo eres… Ve, anda, se libre. Abrázame una vez más y anda…”- Ella me abraza y me dice llorando –Andrea, perdóname, nunca quise dañarte, me has enseñado mucho, gracias por hacerme tan feliz, por haberme dado tu amor y todo lo que me diste, espero algún día me puedas perdonar. Perdóname…- Ella seguía llorando al igual que yo. No quería soltarla, sabía que ese sería nuestro último abrazo, sabía que apenas saliera de mi casa, ella se iría a los brazos de otra mujer.
Se me partía el corazón, no podía parar de llorar, ella dejo de abrazarme y yo también la solté, le di un beso en la frente, la mire a los ojos y le dije –“Te amo, no lo volverás a escuchar de mis labios, no volveré a pedirte que vuelvas a mi lado, esta es tu decisión, ya está hecho, esto ya se acabó… adiós mi ángel, vuela libre y se feliz”- Me pare, baje las escaleras, seque mis lágrimas y le abrí la puerta. La mire a los ojos antes de que saliera, no fui capaz de articular palabra, pero no llore, hasta que cerré la puerta detrás de ella.
Al cerrarla me derrumbe y caí de rodillas, el dolor era tan fuerte, dolía tanto, era como si me desgarraran el alma, como si me mataran de la forma más dolorosa una y otra vez.
El vacío inundo mi pecho, la oscuridad mis pensamientos, el color se borró de mis ojos, mi voz se apagó por completo, solo sentía dolor y desesperación.
Todo lo que amaba, todo por lo que luchaba, ese día murió, ya nada tenía sentido, nada para mí tenia valor. Para mí ese día mi vida se acabó.
Ya han pasado dos meses desde aquel día y aún duele. Aún lloro por ella en las noches, aún mi corazón grita desesperado su nombre. Hay veces en las cuales creo haberle olvidado, pero cuando mejor me siento, vuelve a doler y duele igual a como dolió aquel día, otra vez siento que me muero, otra vez vuelvo a sentir como me desgarran el alma.
Ella me enseño amar, me enseño todo sobre el amor, pero no me enseño a olvidar, tampoco me advirtió que el olvido sería tan doloroso.
Ahora seguiré vagando por los caminos de mi dolor, seguiré esperando mi tan anhelada salvación, solo pido poder olvidar luego, antes de que muera este podre corazón…

domingo, 9 de enero de 2011

.

Camino por las calles de la inseguridad
Veo como la gente me mira al pasar
Mi corazón a flor de piel está
Todos ven la herida que lo hace sangrar

Ellos solo miran, no son capases ayudar
A gritos pido ayuda, pero por sordos se hacen pasar
Esquivan mis lágrimas por miedo a llorar
Ellos ni sus penas saben llevar

Dolidos por la sociedad, ya no saben amar
Se llenaron de odio y de maldad
Ya no creen en la amistad
Solo creen en su miserable individualidad

Yo los sigo mirando, sé que no cambiaran
Pocos somos los capaces de ayuda brindar
Pocos somos los que creemos en una amistad
Pocos somos los que aun sabemos amar

Sé que por muy dolida que este
Alguna alma en pena ayudaré
Una hermosa sonrisa a alguien sacaré
Porque siempre fuerzas para ello tendré

domingo, 2 de enero de 2011

Año nuevo

Comenzamos un nuevo año, con el nuevas metas que cumplir y nuevos sueños que realizar.
Este año para mí, fue un año de aprendizaje, en el cual sufrí mucho, pero lo que aprendí no tiene precio.
A ver, hagamos un pequeño resumen de este año.
Primero el terremoto, a pesar de toda la desgracia, creo que después de ello, cuando comencé el voluntariado, fue lo mejor del año. Jamás olvidaré la satisfacción que sentía al poder ayudar, al casi no dormir y casi no comer para poder brindar un poquito de felicidad y menos olvidaré a la gente que ahí conocí.



Después el colegio y mi depresión. Fue lo peor de todo este año, el dejarme vencer por mis propios temores, dejar atrás muchas de las cosas las cuales amaba, por sentir que no me la podía. Creo que este fue uno de mis más dolorosos porrazos del año, de él aprendí y entendí por fin, lo que significa el no darse por vencida. Aunque tuve que errar y dejarme vencer, para poder entender que ello es lo peor y que de alguna u otra forma te vas arrepentir. Pero como ahora trato de ver desde otro punto de vista las cosas, solo miraré lo bueno, lo que aprendí.
Por último, cuando conocí a mi ángel, debo decir que fui inmensamente feliz, pero que también lloré como nunca he llorado.
Con ella conocí el amor, conocí lo que es querer dar todo sin importar nada más. Pero también conocí lo que es el dolor de saber que la persona que más ama te traiciono, la incertidumbre, la inseguridad y la desconfianza. Creo que conocí muchas cosas malas, pero aun así, no son mayores comparados con que aprendí lo que realmente es amar. Ello es completamente superior.
Y bueno, fue por ella que logré superar mi depresión, ella me tendió su mano cuando más necesitaba ayuda. Siempre le estaré eternamente agradecida por todo lo lindo que pasamos juntas, por su preocupación y por todo lo que con ella aprendí.



“El amor es algo cruel digo por cierto, pero es que a pesar de todo fue con este cruel amor que sé lo que es amar, olvida… anda olvida”.

Antes de cerrar este pequeño resumen del año, no desmereceré a la gente que marco mi vida, mi corazón.
Primero que nada quiero nombrar a Daniel Acuña, un gran amigo, que está conmigo en las buenas y en las malas y que además me apoya hasta en mi más estúpidas locuras. Además de ser mi más fiel compañero.
A Clariz Rome, que aunque nos separe casi un continente entero, nos hemos hecho grandes amigas, nos escuchamos y nos apoyamos, aunque sea a la distancia. Ella me acompañaba en mis noches de locura y muchas veces me consolaba y me sacaba una sonrisa.
Valentina, aunque te conozco ya hace años, igual te menciono, debo hacerlo, a pesar de todo sigue a mi lado, como me lo prometiste no serias igual que los demás, gracias por nunca haberme roto aquella promesa, espero jamás lo hagas, pero por lo que hasta ahora hemos vivido, sé que no lo harás.

Ellos han sido las personas que más han marcado en mí este último tiempo, lo quiero a los tres y siempre tendrán un lugar en este corazoncito.




Por último, decidí dejar todo atrás y por ello, de forma simbólica queme todo mi dolor, todo lo malo del año que paso, así todo ello quedo en las cenizas que el viento esa misma noche se llevó. También enterré todo lo que quiero para este año, todas mis metas y las desenterrare en un año más, para ver si las cumplí o no.

El amor

Nos vuelve locos, nos transforma, nos hace pensar y hacer lo inimaginable, nos lleva a las nubes, aunque muchas veces nos deja caer desde el cielo y el golpe en el suelo jamás se olvida.
Nos envuelve en sentimientos nuevos, jamás sentidos, nos ilusiona, nos hace creer, nos da fe. Pero también nos daña, nos tortura cuando no es correspondido, nos hace ilusionarnos y luego nos vuelve a la realidad.
Así es el amor, pude ser bueno o malo, nos puede llevar al cielo o al mismo infierno, nos puede devolver el alma, como también nos la puede quitar.
Lo peor de todo es que en el amor no hay elección. No podemos elegir si amar o no amar, tampoco a quien y menos cuando. Por ello el amor a veces puede ser nuestra perdición.
Aunque cuando el amor nos corresponde, cuando amamos y somos amados, nuestra vida se vuelve el paraíso terrenal, nos olvidamos del sufrimiento y vivimos en felicidad, en permanente alegría. Todo nos parece bello, todo está bien, andamos bien, ya no se nos ven malas caras u ojos tristes, todo en nosotros es luz.
Pero cuando el amor no te corresponde, cuando amas y no te aman, el amor es el torturador más perverso del universo. Cuando el amor no te corresponde, sientes como si te apretaran el pecho, como si en tu espalda pusieran un gran peso, no sientes ganas de hacer nada, solo te siegas en un amor imposible, te enfrascas en el dolor, piensas en como seria si esa persona también te amara.
Amar y no ser correspondido es uno de los dolores más grandes en este mundo, dar la vida por otra persona y saber que ella no dará nada por ti te parte el corazón.
Aunque hay personas, que aunque no les amen, son felices viendo como es feliz la persona amada y se sienten aún más felices cuando saben que parte de la felicidad que siente es gracias a su actuar.
Hablando personalmente, cuando yo amaba y el amor no me correspondía, era feliz viendo como la persona a la cual quería era feliz y más feliz me sentía cuando sabía que en parte de su felicidad yo estaba presente, aunque ella no me amara, su felicidad era la mía.
No negare que por dentro sentía un gran dolor, pero me reconfortaba verla bien, me reconfortaba ayudarla, ser su amiga y estar ahí siempre cuando me necesitara. Me hacía feliz saber que aunque no fuera más que su amiga, me había ganado un lugar especial en su vida.
Con todas las personas a las cuales quise fui así, jamás les deje en soledad, siempre estuve ahí para cuando me necesitaban. Y debo agregar que siempre seré así o por lo menos eso espero, poder estar ahí siempre que me necesite la persona a la cual quiero o querré.