jueves, 24 de octubre de 2013

No, hoy no escribiré sobre amor, hoy les escribiré sobre revolución.

Sí, revolución, lo que más mueve mi corazón, lo que hace que este se agite y palpite como si se me fuera  a salir, lo que me mueve y apasiona de una manera que ni yo muchas veces logro explicar. 
Pero no crean que hablo de lo que todos entienden por revolución, no hablo de salir a protestar a las calles, no hablo de salir a tirar palo y piedras a los pacos o sobre alguna lucha social, no, aún no les hablaré de la esa lucha social, que aunque la vivo, aún no llega a lo que sé que será. Aún esta ahí, media muerta, sin vida. 
Hoy les hablaré de una revolución mucho más grande, pero tremendamente insignificante para el mundo, hoy les hablaré de mí, de mi vida, de mis sueños, de mis anhelos y de mis luchas. 
He decidido que mi vida que mi vida se transforme literalmente en una revolución. Sí, porque necesito hacer parte de mi lo que quiero llevar al mundo, necesito compenetrarme con ella para poder ir afuera y gritar que el mundo puede cambiar, que puede ser mejor, porque si yo lo hago y él también puede hacerlo. 
Sé que no será fácil, lo tengo súper claro, pero más claro tengo mis sueños y mis anhelos, más fuertes son mis convicciones que mi emociones y más amo esto, que cualquier otra cosa que pueda entorpecer mi camino. 

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