domingo, 13 de febrero de 2011

Ya no se puede seguir escapando del dolor

Y otra vez volvió a derramar sangre, buscando dejar de sentir aquel dolor que le consumía el alma, buscando que el dolor físico le hiciera olvidar el fuego que le quemaba…

Aquel día cuando le vio, no supo qué fue lo que le paso, esa rabia y rencor que sintió al verlas juntas, no supo de donde salió.
Cruzo la calle decidida a encararle, a gritarle todo el odio que sentía en ese momento, a decirle todo lo que calló cuando estuvieron juntas y cuando todo terminó. Pero al llegar a su lado, al sentirla cerca, no pudo. Sintiendo la misma rabia cuando llega a su encuentro, también sintió las ganas de abrazarla y decirle cuanto le extrañaba, que la necesitaba y que era imposible no estar sin verle…
Así que decidió seguir caminando, estaba tan nerviosa, que sentía como su corazón latía tan rápido y con tanta fuerza, las piernas las sentía débiles y le temblaban las manos.
Sin rumbo fijo siguió caminando delante de ellas, no miro hacia atrás en ningún momento.
Sabía que una amiga estaba en la plaza, así que se dirigió hacia allá, sabía que con ella podría desahogar aquel dolor.
Al llegar donde ella la vio y le dijo que Alejandra con su pareja se dirigían ahí y le conto como se sentía, lloro sentada junto a ella y le preguntaba el porqué de lo que sintió al verlas. Pero ella no supo que contestarle…
Toda aquella semana había estado mal, la extrañaba y se preguntaba cómo estaría Alejandra. No había noche en la cual no llorara, no había momento en el día en el cual se preguntaba “¿¡Por qué sentía aquel dolor, si ya habían pasado dos meses!?”
Al día después de haberla visto la encontró conectada y le habló, le contó que había estado con sus tíos, su madre y su hermano, le conto lo que había hablado con ellos, quiso darle algunos consejos por algunas de las cosas que supo y al hacerlo, ella se enojó, le dijo que le estaba haciendo lo mismo que su ex, que le estaba de cierta forma, quitando a su familia. Le dijo que la odia, que no quería saber de ella nunca más, Andrea al leer esas palabras se desesperó, quizás sintió el deseo de dañarla, pero jamás lo quiso llevar a cabo, jamás se perdonaría hacerle daño, ya con el solo ello de desearlo se sentía mal por ello.
Decidida a no dejar las cosas así, salió y tomó un colectivo, sabía que estaba en la casa da una amiga. Al estar allá la llamo y le pidió que por favor la escuchara, que ella jamás había querido dañarla, solo quería ayudarla. Alejandra cedió y converso con Andrea, solucionaron las cosas y todo quedo bien. Los tres días siguientes se siguieron viendo, Andrea la iba a ver al pub donde ella trabajaba. La verdad no quedaba de acuerdo de un día a otro, sino que de repente Alejandra la llamaba y le decía que estaba en el pub y Andrea como no tenía nada que hacer iba. Así estuvieron por aquel fin de semana.
Ya el domingo Andrea la vio por última vez, no hablaron más de 10 minutos ya que tenía que salir. Andrea creía que la vería en la tarde, pero en el transcurso de ella sintió que no sería así y al volver así fue, Alejandra se había ido con su pareja como siempre lo hacía y a pesar de que sabía que no la vería le dolió tanto, que invento una excusa y se fue a su casa, llorando entro a su pieza, ya no quería más dolor, así que tomo una presto y se cortó, quería olvidar el dolor de su pecho, así que decidió volver a usar su viejo método de auto flagelación, era lo único que le ayudaba a sentir menos aquel dolor…
Fueron tantas las cosas que se le juntaron aquella semana, que ya no dio más, ya no soportaba tanto dolor, quería desahogarse, pero no tenía a nadie, llamaba a quienes se suponen son sus amigos y ninguno de ellos le ayudó.

Estos días, Andrea ha estado concluyendo el porqué de este dolor y llego a la conclusión de que solo está llorando todo lo que no lloro cuando todo termino, está sufriendo todo lo que guardo y calló cuando estuvieron juntas, está pasando el luto de su corazón, ya que cuando todo termino ella decidió no llorar, olvidar todo y llenarse de cosas para no pensar en ello, quizás a veces derramo lágrimas por ella, pero no fueron las suficientes.
Por tratar de ser fuerte ahora el dolor es peor.
Se dio cuenta de que no le sirvió de nada ir dejando a un lado el dolor, ya que ahora que todo en lo que ella se refugiaba se acabó, su corazón ya no puede ocultar su dolor. Solo está viviendo lo que por no entender guardó y solo está haciendo lo que por unos momentos olvidó, gracias a aquellos pequeños escapes que tenía para dejar a un lado su dolor.

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