martes, 4 de mayo de 2010

Tú&Yo Primera parte


Han transcurrido dos años desde el día en que te conocí. Era un día de verano, el sol quemaba, la brisa del mar golpeaba mi rostro, la arena debajo de mis pies quemaba y tú te encontrabas sentada a la orilla del mar.
Mirabas hacia el horizonte con aires de tristeza, tus ojos se encontraban mojados por tus lágrimas y opacos por el dolor que trasmitían y a pesar de ello tu belleza era igual de radiante que el sol y podría decir que le superabas.
Te veías tan hermosa, tan frágil, tan desprotegida…
-Hola-
-“Hola”-
-Que bellos son los atardeceres, me encanta observarlos cada día-
-“Sí, son preciosos”-
-Mi nombre es Gabriela, pero puedes llamarme Gabi-
-“Andrea”-
-Un gusto conocerte Andrea- Tú me respondiste con una bella sonrisa.
- Y ¿Eres de acá? –
-“No, vengo de la ciudad”-
-Aaah… y ¿Conoces toda la costa?-
-“No mucho, solo parte de la playa y donde me estoy quedando, es que llegue ayer y como no conozco a nadie de aquí no he salido, ya que no me gusta andar sola”-
-Pero ahora no puedes decir que no conoces a nadie así que no tienes escusas para no salir…-
-“Y ¿A qué va eso?” –
-A nada… Solo que te estoy invitando a salir de una manera muy indirecta…-
-“Será un gusto salir contigo esta noche”-
-¡Oh! ¡Esta noche!-
-“jajajajaja sí, esta noche”-
-¡Entonces estamos listas!-
-“Te espero a las 8 en este mismo lugar”- Lo decías mientras te parabas para irte
-No me vallas a dejar plantada-
-“No te preocupes, no soy de esas”- Me diste una sonrisa y te fuiste. Yo me quede un rato sentada mirando el atardecer, pensando en tu sonrisa, en tu mirada y en las pocas palabras que nos dijimos, las cuales sin darme cuenta me cautivaron. Luego me fui a mi casa, tome una ducha y me vestí, tuve un gran lio con lo que usaría, no sabía que ponerme tenía toda la ropa desordenada, nada me gustaba y al final opte por unos jeans, por mi blusa favorita y una de mis cuantas chaquetas. Salí de mi casa y me dirigí al lugar de encuentro.
Ya eran las 8 y yo me encontraba en el lugar donde nos reuniríamos.
-“Que puntual eres”-
-No, es solo que quería verte…-
-“Aaah mira tú”-
-Bueno, ¿vamos? –
-“Y ¿A dónde?”-
-Solo sígueme- Empecé a caminar y tú te situaste a mi lado, caminamos un rato en silencio, hasta que llegamos al bar.
-“No sabía que había un bar tan cerca de la playa”-
-Lo inauguraron hace poco-
-“¡Buena! ¡Entremos!”- Tomaste de mi mano y me condujiste al interior.
Adentro pedimos unos tragos y nos fuimos a la pista a bailar y así estuvimos hasta como las 4 de la madrugada.
-“¿Qué hora es?”-
-Van hacer las 4 de la mañana-
-“¡Mentira!”-
-Sí, mujer mira tu reloj-
-“¡Tienes razón! Que rápido se me fue la noche”-
-A mí igual, oye esto como que esta funando-
-“Sí, ya se puso fome ¿Vamos a otro lugar?”-
-¿Y a donde?-
-“¿Hay algún otro bar?”-
-Sí, pero los otros ya debieron haber funado hace rato-
-“¿Entonces qué hacemos?”-
-No lo sé, dime tú-
-“¡Vamos a tu casa!”-
-Eeee… Bueno-
-“Buena”-
-Sí, será lo mejor, no creo que te abran la puerta en donde te estás quedando si llegas en este estado- Mientras paso mi brazo por tu cintura para que te apoyaras en mi.
-“¿En qué estado? Si yo estoy de lo mejor”-
-Sí sí, como no, vamos mujer, camina-
Salimos del bar y nos dirigimos a mi casa. Cuando entramos la lleve a mi cuarto para recostarla en la cama, pero no quiso y se fue a la cocina por un café.
-“Gabi… Estoy bien, no te preocupes, solo algo mareada, se me subieron muy rápido los tragos a la cabeza”-
-Ya, pero con cuidado que te puedes caer- Tropezaste y te poyaste en mí porque perdiste el equilibrio, en ese momento nuestros rostros quedaron frente a frente a solo unos centímetros el uno del otro, nos quedamos mirando por un momento, quizás solo fue un segundo o dos, la verdad no lo sé, perdí la noción del tiempo, lo único que tenía en mi mente era el deseo de besar tus labios, bueno era la lucha contra ese deseo…
-“uyyy… casi me caigo, gracias por sostenerme”- Tus palabras me devolvieron a la realidad
-De nada, te dije que tuvieras cuidado, pero tú ni me pescaste-
-“Ya, ya si mira no me paso nada”-
-Porque te sujetaste de mí-
-“Si eres tan linda”- Colocaste una cara tan angelical, que me derritió.
Te dirigiste a la cocina, calentaste agua y te hiciste un café
-Oye tú dormirás en mi pieza, ¿Vale?-
-“¿Y tú?-
-En el sillón-
-“¡Nada de eso!, ¡tú duermes en tu cama y yo en el sillón!”-
-No te preocupes, si estaré cómoda, además eres mi visita y tienes que estar lo más cómoda posible-
-“Hagamos una cosa, durmamos las los en tu cama y problema solucionado”-
-Bueno, si no te molesta compartir la cama con mi persona, está bien-
-“Por supuesto que no, será un placer”-

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