jueves, 2 de septiembre de 2010

Recuerdo

Debo decir que odio los días nublados, son tan deprimentes, no me dan ganas ni de levantarme, pero hoy tengo que hacerlo, le prometí a mi abuela que la visitaría, no la dejaré con el almuerzo hecho otra vez…
Decidida a ir, tomé una ducha, me vestí y tomé desayuno. Lista para salir tomé mi bolso y me dirigí a tomar el bus, en el trayecto de mi casa al paradero prendí un cigarro, se supone que lo dejaría, pero no tengo la fuerza de voluntad suficiente para hacerlo, cuando mi abuela se entere me dejara caer una grande.
Ya en el bus, aburrida me fijo en la demás gente ya sentada y en los que aún están subiendo. De repente detrás de un hombre aparece un rostro claro que ilumina el lugar, sus gestos me traen recuerdos, de otros paisajes de otros tiempos en los que conocía una suerte mejor, algo nerviosa ruego porque se siente cerca de mí y que me reconozca, pero se sentó un puesto más adelante que yo, al lado izquierdo que da con el pasillo. Deseo hablarle, pero no estoy segura de si es ella o no, aunque esos ojos sin dudas son los tuyos más cargados de nostalgia, quizás más oscuros, pero creo que eres tú y estas casi igual, tan hermosa como entonces, quizás más.
¿Cuánto tiempo ha pasado de los primeros errores? ¿De la interrogante en tu mirada? La gente nos odiaba y maldecía nuestros nombres, nos creían diferentes por no amar como ellos o porque ellos no sabían amar como nosotras, la verdad ya no lo recuerdo, solo están en mi memoria los hermosos momentos que pasamos juntas, las veces que nos escapábamos a los lugares más solitarios para estar tu y yo sin miradas que nos delataran, para amarnos bajo la sombra de un gran roble en el cual marcamos nuestras iníciales ¿Cómo olvidarte amor mío? Si cada vez que llego a mi casa las noches son vacías, me encuentro sola y mal herida arrepintiéndome de haberte alejado tan lejos de mi cuerpo, pero ahora que te encuentro veo que aún arde la llama que encendiste, nunca es tarde para nacer de nuevo, para amarte.
Debo decirte algo antes de que me baje de este sucio bus y quede muerta, mirarte a los ojos y tal vez recordarte que antes de rendirnos fuimos eternos. Decidida me levanto y me acerco a ti y algo en mi pecho se tensa, se rompe…
-¿Cómo estás? Tanto tiempo ¿Te acuerdas de mí?- Y una sonrisa tímida responde…
-“Perdone, pero creo que se ha equivocado”
-Disculpa, es que me recuerdas tanto a una mujer que conocí hace ya algunos años…-
Desilusionada vuelvo a mi asiento, aburrida vigilo las caras de los viajeros, todos sumidos en sus pensamientos, quizás recordando, quizás muriendo…
Al bajar miro por última vez el rostro de aquella mujer, igual de radiante desde que la vi subir, me mira y la veo dejar caer una lágrima, me entro la duda de aquella lagrima, ¿Por qué la derramo cuando sentía que su mirada me penetraba…?
Nunca lo sabré, baje y solo miré como el bus se alejaba mientras yo me quedaba ahí parada con una gran nostalgia…

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