viernes, 14 de enero de 2011

El día en que mi vida termino

Mírame, aún estoy aquí sin ti. No sé qué hacer con mi vida, me encuentro estancada en mis sentimientos, el tiempo avanza, todo cambia, excepto esto que siento, esto que cada día mata a mi corazón.
He buscado mil maneras de sacarte de mis pensamientos, pero no puedo, estas clavada como una espina en mi ser.

Que frío está el día y eso que recién estamos terminado Mayo. Me gustaría que mi niña estuviera aquí, creo que la llamaré, se supone que la vería en la tarde, pero la extraño demasiado. Quiero besarla.
-“¿Aló? ¡Mi niña! ¿¡Cómo estás!?”- Un pequeño silencio.
-Bien y ¿Tú?-
-“Bien, aburrida, extrañándote. Oye ¿Nos podemos juntar antes? Es que me haces falta…”-
-Bueno, como quieras, a las cuatro estoy en tu casa ¿Te parece?-
-“Ok, entonces a las cuatro en mi casa”-
-Bueno, nos vemos-
-“Te espero mi amor, nos vemos, te amo”- Corto.
No sé qué le pasa, estas últimas semanas ha estado rara, algo le pasa y no me quiere decir, me preocupa.
Tengo un mal presentimiento, hay un dolor en mi pecho, creo que algo malo pasará.

Ya son las cuatro, ella debe de estar por llegar. Eso me alegra, pero el dolor está en mi pecho y me agobia, no quiero estar mal cuando ella llegue. No le gusta verme mal, es más, hasta muchas veces llega a enojarse cuando nota que estoy triste o algo me pasa. Ahí viene.
-“Hola mi niña hermosa ¿Cómo estás?”-
-Hola, bien y ¿Tú?-
-“Ansiosa por estar esta tarde a tu lado-
-Que linda- Sonríe .
Tome su mano y la acerque a mí, la bese, pero aquel beso fue algo frío, algo que antes no había. Sin tomar en cuenta aquello que sentí nos fuimos a mi recamara, nos acostamos a ver una película. Con suerte vi hasta la mitad, tengo la mala costumbre de quedarme dormida en sus brazos. Cuando termino ella me despertó.
-Andrea, despierta. Te has quedado dormida-
-“Sí mi amor, si ya me levanto”- Sigo durmiendo.
-Andrea, necesito conversar contigo, por favor despierta- De inmediato me reincorpore, la mire a los ojos y le pregunte –“¿Qué es lo que necesitas hablar conmigo?”-
-Tú sabes que te quiero y que no quiero hacerte daño, pero ya no aguanto más, sé que esto te dañara pero…-
-“Pero ¿Qué? ¿Qué pasa?”-
-Andrea, lo siento… por favor discúlpame, pero esto ya no puede seguir…-
-“¿¡Por qué!? ¿¡Qué paso!? ¿¡Por qué esto se tiene que acabar!?”-
-Te engañe, tengo a otra persona y estoy enamorada de ella… lo siento- Sentí como mí cara se desfiguro por completo a causa del dolor.
-“¿Qué…?”- Fue la única palabra que pude pronunciar en ese instante. El pecho se me apretó, mi corazón latía más lento, sentía como si mil cuchillos traspasaran mi cuerpo, mi mirada se perdió en el vacío, mis ojos por inercia lloraban, trataban de sacar el dolor que estaba sintiendo en mi interior.
Ella estaba sentada a mi lado, miraba hacia abajo, no era capaz de mirarme a la cara. Tome aire y saque fuerzas para poder hablarle.
-“Alejandra, dime ¿Por qué me has dejado de amar? ¿Cuál fue mi error?”-
-No lo sé, jamás quise esto para nosotras, siempre me imaginaba un futuro a tu lado. Siempre fuiste perfecta, siempre me amaste, me mimaste, me dabas todo lo que yo quería, sin importar nada, solo querías verme feliz-Levanta su cabeza y trata de mirarme a los ojos, pero enseguida vuelve a bajar la mirada. Cuando me mira, me doy cuenta de que está llorando, primera vez que la veo llorar de esa manera.
-“Entonces ¿Qué pasó? ¿Por qué ya no me amas? Por favor dime que hice mal, qué fue lo que mato el amor que sentías por mí”-
-No lo sé, no me preguntes algo que no te puedo contestar. Solo sé que ya no estoy enamorada de ti, quiero a otra persona. Intente seguir con esto, pero no pude, lo siento, pero el amor que sentía por ti murió- Al oír esas palabras me entro la desesperación.
-“¡No me dejes! ¡Por favor no lo hagas! ¡Te amo! ¡Sin ti yo no vivo! Eres mi vida, mi todo, si te vas no quedará nada ¡Si me dejas no seré nada! ¡Tú eres la razón de mi existencia! yo quiero una vida junto a ti… por favor no me dejes ¡No sueltes mi mano!”-
-Lo siento Andrea, esto ya se terminó, no puedo hacer nada, yo no mando a mi corazón, si así fuera, créeme que aún te amaría, pero no puedo, por favor perdóname… jamás he querido dañarte…-
-“Muero…”- Dije casi sin voz.
-Andrea, la vida continua, tienes que saber seguir sin mí, eres fuerte, me lo has demostrado con todo lo que te ha tocado vivir, sabes que me puedes olvidar…-
-Alejandra, te amo. Te amo como nunca he amado en esta vida, por favor no me dejes, te juro que siento que me estoy muriendo ¿Qué hago yo sin ti? ¿Qué hago? Si tú eres todo para mí, si eres hasta el aire que respiro”-
-Tienes que dejarme ir, Andrea sabes que me olvidaras, esto en un tiempo más no será más que un recuerdo que ya no dolerá…- Se creó un silencio, sabía lo que quería decir, pero parte de mí no quería, parte de mí quería seguir rogando que se quedará a mi lado. Pero no.
-“Siempre te dije, que si algún día tu llegabas a querer a otra persona dejaría que te fueras con ella, siempre lo único que más he querido en esta vida es tu felicidad y si esa felicidad esta junto a otra persona, no puedo negártela, siempre tu felicidad será la mía. Aunque ahora duela, sé que con el tiempo poco a poco el dolor desaparecerá, sé que este corazón te olvidará. Pero ahora me cuesta tanto dejarte ir, no creí que sería tan duro, no creí que me costara tanto dejar que te vayas…”-
-Andrea, siempre serás una de las mujeres más importante en mi vida, siempre te querré, jamás te olvidaré. Pero ya no te quiero como te quise hace un tiempo, he encontrado el amor en otro corazón… y debo seguir a mi corazón, sabes como soy, jamás dejaré mi libertad…-
-“Lo sé, sé muy bien cómo eres… Ve, anda, se libre. Abrázame una vez más y anda…”- Ella me abraza y me dice llorando –Andrea, perdóname, nunca quise dañarte, me has enseñado mucho, gracias por hacerme tan feliz, por haberme dado tu amor y todo lo que me diste, espero algún día me puedas perdonar. Perdóname…- Ella seguía llorando al igual que yo. No quería soltarla, sabía que ese sería nuestro último abrazo, sabía que apenas saliera de mi casa, ella se iría a los brazos de otra mujer.
Se me partía el corazón, no podía parar de llorar, ella dejo de abrazarme y yo también la solté, le di un beso en la frente, la mire a los ojos y le dije –“Te amo, no lo volverás a escuchar de mis labios, no volveré a pedirte que vuelvas a mi lado, esta es tu decisión, ya está hecho, esto ya se acabó… adiós mi ángel, vuela libre y se feliz”- Me pare, baje las escaleras, seque mis lágrimas y le abrí la puerta. La mire a los ojos antes de que saliera, no fui capaz de articular palabra, pero no llore, hasta que cerré la puerta detrás de ella.
Al cerrarla me derrumbe y caí de rodillas, el dolor era tan fuerte, dolía tanto, era como si me desgarraran el alma, como si me mataran de la forma más dolorosa una y otra vez.
El vacío inundo mi pecho, la oscuridad mis pensamientos, el color se borró de mis ojos, mi voz se apagó por completo, solo sentía dolor y desesperación.
Todo lo que amaba, todo por lo que luchaba, ese día murió, ya nada tenía sentido, nada para mí tenia valor. Para mí ese día mi vida se acabó.
Ya han pasado dos meses desde aquel día y aún duele. Aún lloro por ella en las noches, aún mi corazón grita desesperado su nombre. Hay veces en las cuales creo haberle olvidado, pero cuando mejor me siento, vuelve a doler y duele igual a como dolió aquel día, otra vez siento que me muero, otra vez vuelvo a sentir como me desgarran el alma.
Ella me enseño amar, me enseño todo sobre el amor, pero no me enseño a olvidar, tampoco me advirtió que el olvido sería tan doloroso.
Ahora seguiré vagando por los caminos de mi dolor, seguiré esperando mi tan anhelada salvación, solo pido poder olvidar luego, antes de que muera este podre corazón…

1 comentario:

  1. Me recuerdas tanto a mi,
    duele muy feo lo sé pero
    a medida de que pasa el
    tiempo duele menos.

    Tienes tus dias sabes?
    Apuesto que hay dias en
    que no quieres levantarte de
    la cama y otros que estás
    ligeramente bien

    Dale tiempo al tiempo



    Por aca andamos linda

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