viernes, 26 de agosto de 2011

Compañero

Pablo, compañero, no alcancé a conocerte lo suficiente, la verdad fue muy poco lo que compartí contigo, hasta a veces, sinceramente, me molestaban ciertas actitudes tuyas. Pero hoy no te recuerdo, ni te escribo por aquel corto tiempo, sino para decirte que me he enterado de lo que has sufrido, no sabes la rabia que sentí al oír lo que te habían hecho pasar.
Cuando lo supe no sabes lo mal que me sentí al haberte juzgado tanto, cometiste un error, pero aun así lo que aquel hombre te hizo no tiene perdón de Dios. Todos somos humanos y a veces nos caímos de una manera atroz, lo que hiciste estuvo mal, pero haberte humillado de esa manera no era necesario, es más esa humillación fue un castigo extremo ejecutado por esa escoria.
Quiero decirte que entiendo tu sufrimiento, quizás ya pasó el tiempo y espero que él haya curado aquel dolor, aunque de cierto te digo que no creo que la rabia de tu corazón se haya disipado, ya que la mía aún está vigente esperando ser saciada, después de la humillación que a mí me hizo pasar.
Los dos estamos unidos, de cierta forma, porque los dos entendemos lo que es ser maltratado injustamente por un hombre sin ética ni moral, por un ladrón vestido de terno que se hace llamar justo.
Compañero, hoy quiero que mis palabras te sirvan de ánimo y fuerzas para continuar con tu vida, cometiste un error, pero tengo fe en que has entendido y que no volverás a caer en lo mismo. Me encantaría poder decirte que ese viejo pagará por todo lo que nos ha hecho, pero no tengo la seguridad de que así pasará. Aun así sé que Dios es justo y él le hará pagar todo lo que ha hecho, quizás no sean nuestras manos las que proporcionen aquel castigo, pero sé que mi padre está viendo las injusticias que se han cometido y ha de estar preparando como hacerle pagar.
Desde la distancia te mando un abrazo y ánimo. Por mi parte seguiré luchando en aquel colegio para taparle la boca a aquel dictador, le demostraré que soy fuerte y que sus palabras no fueron más que eso, palabras que se llevo el viento. También me encargaré de dar a conocer la verdad y de que todos sepan la atrocidad que aquel hombre cometió. Espero tú estés optando por lo mismo, esfuérzate y se una gran persona, para cuando él te vuelva a ver se trague todo lo que te dijo y se admire de la persona a la cual un día humillo. Dios te bendiga, tu compañera Eliana Adams.

No hay comentarios:

Publicar un comentario