viernes, 30 de julio de 2010

Conversando con mi alma...

Me encontraba en la soledad de mi cuarto, cuando decidí conversar con mi alma, mi ser real, con lo que soy y muchas veces, por no decir siempre, lo escondo. Sentada en mi cama decidí pararme, apagar la luz y sentarme en la parte más oscura de mi cuarto, ahí obtendría la soledad suficiente para poder entablar tal conversación.
Ya sentada no sabía cómo conectarme con mi alma y recordé lo que me dijo mi psicóloga –“Cierra tus ojos y pon tu mano sobre tu lado derecho del pecho, es ahí donde está el alma, luego háblale, pero con cariño, no te dejes llevar por la rabia o la ira, humíllate y veras como ello puede establecer la conexión con ella…”
Cerré mis ojos, coloqué mi mano en mi pecho y comencé a hablarle. De primera empecé a sentirme ridícula, parecía loca hablando sola, hasta que comencé a sentir ese calor especial que mi psicóloga me había mencionado. Mis ojos se llenaron de lagrimas y el dolor que siempre llevo en mi pecho comenzó a hacerse menos presente, al sentir todo ello decidí desahogarme, decirle a mi alma cuales son mis pesares, quizás ustedes digan –“Pero si es mi alma ella debe de saber cómo nos sentimos y lo que queremos”- Sí, lo sabe, pero ella espera a que le des aunque sea un minuto de dedicación, una palabra de aliento o de ayuda y por no dárselo muchas veces nos cuesta un mundo entender nuestros problemas y salir de ellos.
Llorando comencé a contarle lo que me pasaba… -Alma, compañía silenciosa que nunca me abandona, sin importar en donde esté o como esté, quiero que veas mi sufrimiento, quiero que me ayudes a entender mi padecimiento.
Hace más de seis meses que me encuentro con depresión, hace más de seis meses que no encuentro consuelo alguno, tú eres mi alma y sabes todo lo que me pasa, pero yo por ser tan ignorante nunca te tome en cuenta para pedir tu ayuda, ahora desesperada recurro a ti, mi mente esta tan nublada con el deseo de la muerte, que pensamientos positivos ya no me quedan, la luz de mi corazón está completamente apagada y tú… sé que tú también estas dañada, pero eres la única que sigue en pie, tú eres la única que tiene las respuestas, eres la única que me puede ayudar…- Llore un largo rato, tratando de sacar un poco el dolor de mi pecho y después seguí hablándole a ella –Desde pequeña nunca fui feliz, siempre estuvo marcada la ausencia de mi padre y además… además aquello que me sucedió cuando solo tenía 6 años, no quiero decirlo, pues tu sabes lo que es, el solo recordarlo más oscurece a mi corazón. Luego cuando entre a la adolescencia comenzaron las peleas con mi madre y mi hermana, hace solo unos meses se termino aquel infierno, hubiera terminado antes si mi hermana fuera más consciente de lo que sucede a su alrededor, hace tres años yo tome un rol que no me pertenecía, comencé a ser padre y madre, pero nunca hija o hermana. Siempre me encontraba en el medio de las peleas, retaba a una y luego a la otra, pero pasado un rato iba y consolaba a una primero y luego a la otra, era el apoyo fundamental de mi madre, era el abrazo necesario para mi hermana, era quien colocaba os limites en la casa, era la que corría cuando una de las dos trataba de matarse, era yo quien le socorría primero, era yo la que vivía ese proceso junto a ellas. Hasta que no di más, hasta que mis fuerzas se acabaron, hasta que caí en esta depresión… hasta ahí dure en esos roles, hasta ahí llego el “roble” de la casa, hasta ahí llego la que se supone nunca caería…
Y además agreguémosle todo lo que he sufrido por amor, tú más que nadie sabes cuantas lagrimas he votado por amores no correspondidos, cuantas locuras he cometido por las personas que he amado, tú más que nadie sabes que nunca nadie me ha sabido querer como yo le quería, siempre he sido la amiga, la mejor amiga si es que tenia suerte… Ahora si me preguntas que soy de ella, no sabría decírtelo con exactitud, ¿Más que su amiga? Quizás, ¿Mejores amigas? También puede ser, aun que yo le quiero de otra manera, tú sabes cómo me hizo sentir aquel día y también sabes que con ansiedad espero sentirme así otra vez, que con ansiedad deseo verla y abrazarla, ver su sonrisa y oír su dulce voz, además de sentir su dulce aroma…-
Tomé aire y seguí llorando, sintiendo ese calor sobre acogedor que salía de mi pecho y se expandía por todo mi cuerpo, quise volver hablar, pero el llanto no me dejaba, era tanta la tristeza que tenia, que aun que tratara de calmar mi llanto no podía. No sabría decirte cuanto tiempo estuve así, solo sé que fue mucho…
Cuando ya pude articular palabras le dije –Alma, tú ya sabes cómo me siento y también sabes lo que quiero, por favor dame un poco de tu ayuda, dame una señal para saber qué hacer, me encuentro perdida en la oscuridad, no sé por dónde avanzar, me encuentro estancada con miedo a caminar, porque no sé por dónde voy y no quiero sufrir más, aun que muchas veces, por obligación he tenido que avanzar y sin poder ver lo único que he encontrado es más dolor y muy poca felicidad…- Me quede en silencio esperando por alguna respuesta o alguna señal, pero no ocurría nada, pasaban los minutos y el calor que sentía comenzó a desvanecerse, desesperada le grite –¡He recurrido a ti!, ¡Me he humillado ante ti para pedirte una respuesta, me viste sin tapujos llorar sin consolación alguna! ¡No te vayas sin darme una respuesta! ¡No me dejes peor de lo que estaba! Solo dame una señal… solo una para saber por dónde ir…- Desconsolada y con rabia me pare y tome mis pastillas, me coloque el pijama y me acosté, llorando me quede dormida. Esa noche tuve un sueño raro, me encontraba yo y otra persona caminando por un parque en primavera, no recuerdo haberle preguntado nada en aquel sueño, pero aquella persona a la cual no le pude ver el rostro me dijo –“Eliana, la vida a veces no es como queremos, menos cuando tu vida le pertenece a Dios, siempre tendrás pruebas las cuales deberás superar, sé que eres lo bastante fuerte para poder seguir adelante en estos momentos, solo tienes que aprender a ver lo que los otros no, donde todos creen que no hay nada muchas veces ahí están tus respuestas, se paciente, no te desesperes, tu felicidad depende solo de ti… Se paciente, busca donde se supone no hay nada, borra de tu memoria todo lo malo y solo deja lo bueno… Perdón si te respondí algo tarde, es que se me hace un poco difícil comunicarme…- En ese minuto desperté y comprendí que esa era la respuesta que tanto esperaba…

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