viernes, 11 de junio de 2010

El juego de la muerte

Me encontraba caminando en un oscuro comedor, lograba divisar muy pocas cosas, casi nada diría yo, lo único que me propiciaba luz era una vela que se encontraba al final de la sala, encima de un antiguo mueble, junto a unas raras fotos . Me acerque a mirarlas, en todas ellas me encontraba yo junto a otras personas, todos parecían felices menos yo, algo tenía en mi ojos, era como si estuvieran cansados, como si solo desearan cerrarse. Escuche un ruido a mis espaldas, gire para ver que sucedía, cuando de repente me encuentro cayendo a un vacio, pero era un vacio lleno de imágenes, sucesos, rostros, sentimientos. El miedo me invadía, por mi rostro gotas de sudor corrían, decidí cerrar mis ojos, no quería ver nada cuando llegara la hora de caer en el fondo de aquel abismo, no quería ver más esas imágenes antes de mi inesperada muerte.
Percibí un raro aroma, no sabía de dónde provenía, aún me encontraba con mis ojos cerrados, pero algo raro estaba pasando, el miedo se había esfumado y fue sustituido por una rara tranquilidad, así que decidí abrirlos, ver que estaba pasando a mi alrededor.
Me encontraba en un lugar lleno de luz, no era una pieza ni nada por el estilo, era como una explanada iluminada por todos lados, no había nada, solo esa radiante luz que cegaba mis ojos y ese raro y dulce aroma que invadía mi cuerpo. Comencé a caminar, no quería seguir en ese lugar, a pesar de tener esa tranquilidad, mi instinto me decía que algo aterrador ocurriría.
Cada vez avanzaba con mayor velocidad, paso a paso mi corazón se aceleraba, presentía que el fin estaba cerca, ese dulce aroma que había percibido ya no era dulce, ahora era un olor putrefacto y amargo, pero esa tranquilidad aun la sentía, no sé si mis sentimientos se confundían o realmente me encontraba en paz, no lo sé, ya que a la vez sentía un pánico tremendo por lo que pudiera pasar.
Ya no caminada, me encontraba corriendo, iba a la máxima velocidad que mis piernas me permitían, corría y corría, no sabía hacia donde y de que escapaba. Solo sabía que tenía que escapar.
Una voz me hablo, susurro a mi oído mi nombre, pare de golpe, fue como si me petrificaran, un frío atroz recorrió mi espalda, otra vez me encontraba sudando. Trate de moverme para mirar a mi alrededor, pero no podía, estaba completamente inmovilizado. Una fuerza superior a mi me obligo a ponerme de rodillas, trate de poner resistencia, pero no sirvió de nada. Otra vez escuche aquella vos, no sabía si era de un hombre o una mujer, con suerte lograba entender lo que decía, esta vez susurro a mis oídos “La muerte es lo más bello de la vida”. Comencé a llorar, siempre le he temido a la muerte, siempre le he temido a lo desconocido, pero la muerte era mi miedo más grande…
Quería gritar, pero no podía, quería salir corriendo de ahí, pero se me hacía imposible, otra vez escuche aquella voz y esta vez dijo “La paz conlleva una sola cosa, la muerte”. Algo me tiro contra el suelo, me golpeo con tal fuerza que quede inconsciente.
Al despertar la luz se había ido, ahora estaba todo completamente oscuro, ni siquiera lograba ver mis manos, con dificultades logre pararme, aún tenía miedo, no quería volver a escuchar aquella voz. Comencé a caminar, no quería seguir en ese lugar.
De pronto tropecé con algo, no tenía idea con qué, en ese instante una luz se encendió, mire lo que había en el suelo y era yo.
No podía creerlo, era yo y me encontraba muerto, me pare y comencé a correr, no quería creer lo que había visto, ¿cómo iba a ser yo, si en ese preciso momento me encontraba corriendo? ¿Cómo iba a estar muerto, si el miedo me recordaba que aún estaba vivo?
Otra vez escuche aquella infernal voz “Este jugo, por hoy, termino. La muerte hoy no te encontró”.
Sudando desperté en mi cama, solo fue una pesadilla, nada más que una inofensiva pesadilla…

No hay comentarios:

Publicar un comentario